La vuelta a clases reaviva la discusión sobre cómo reducir los niveles de violencia escolar. El coordinador del Observatorio de la Convivencia Escolar, Alejandro Castro Santander, habla con lanacion.com de cifras que considera "peligrosas" y que piden un trabajo articulado de toda la sociedad. "Más de la mitad de los alumnos consultados manifiesta haber tenido actitudes violentas con algún compañero", dice, y se avala en una investigación que involucró a 6000 alumnos de entre 10 y 18 años, de siete provincias.
Las cifras surgen de una muestra representativa de más de 70.000 alumnos de escuelas estatales y privadas de todo el país, de 2° y 5° año de educación media. La coordinadora del área que de Equidad y Calidad de Educación, Mara Brawer, explicó que este tipo de estudios se utilizan para "construir un conocimiento sistemático y comparativo a lo largo del tiempo, que resulta fundamental para sustentar el diseño de políticas públicas". Uno de los programas actualmente en marcha es el de Mediación Escolar.
Las causas de la intolerancia. Pero, ¿por qué existen estos niveles de violencia? Consultados por lanacion.com, especialistas en el área de educación consideran que la escuela es una "caja de resonancia" de la violencia social.
"La violencia escolar crece en la medida en que crece la violencia social, y esta última aumenta al compás de la injusticia", considera Brawer.
En una dirección similar, la ex secretaria de Educación de la Ciudad de Buenos Aires Roxana Perazza expresa. "La violencia escolar es un síntoma de lo que pasa a nivel más general. La sociedad está cada vez más violenta y menos tolerante al diferente; la escuela es una caja de resonancia de lo que pasa afuera".
Por su parte, la doctora en educación e investigadora de Conicet Silvina Gvirtz considera que las situaciones de violencia no son tantas comparativamente con los grados de inseguridad social que se viven. "Todos los días van 11 millones de chicos a la escuela; hay casos de violencia, pero el número de situaciones violentas no es significativo comparado con lo que sucede afuera de la escuela", contrasta.
Luego del diagnóstico las profesionales apuntan a los adultos. En palabras de la funcionaria del Ministerio de Educación: "La presencia del adulto poniendo límites, pero a la vez siendo guía y posibilitador de otro universo, es fundamental; el desamparo de los chicos explica muchas veces la violencia". Y agrega: "Un niño o un joven que no está acompañado en su trayectoria escolar es más probable que tenga episodios de violencia. El chico debe sentir que hay un adulto que lo cuida".
La Nación - 11de Marzo de 2010 - Sociedad