Definición de
autoestima, cuáles son sus componentes afectivos, cognitivos y conductuales de la misma y los diferentes aspectos a los que se puede referir: físcia, social, intelectual, académicamente; en el caso de los niños de 2 a 12 años,
principalmente.
Autoestima y autoconcepto son las dos caras de una misma moneda. Por una cara, el autoconcepto que es la idea que cada persona tiene de sí mismo, cómo se describe y define.
En
los niños el autoconcepto va siendo más elaborado conforme van
creciendo. Cuando son pequeños las definiciones se hacen respecto a
algunos atributos: "soy una niña", "soy muy bueno..." A medida que se hacen mayores, pueden expresar cualidades, preferencias, habilidades, formas de ser...
Por otro lado, la autoestima
es la valoración afectiva de ese autoconcepto: si gusta o no como uno
es, si se está o no satisfecho con uno mismo y también si uno mismo se
quiere o no.
Componentes de la autoestima
La autoestima tiene tres componentes básicos: sentimientos, ideas y comportamientos.
Sentimientos: Los sentimientos son las emociones implicadas: de agrado o desagrado hacia uno mismo, por tanto sentimientos positivos o negativos que se traducen en una aceptación o o disgusto con uno mismo.
Ideas: Son el componente cognitivo de la autoestima, los pensamientos que genera la autoestima, el propio diálogo interior, los juicios sobre uno mismo. El componente cognitivo se pone de manifiesto, por ejemplo cuando al enfrentarse a una situación nueva se piensa: "no voy a ser capaz", "yo nunca logro nada"; o por el contrario, pensamientos más positivos: "si me esfuerzo lo conseguiré", "creo que puedo afrontarlo..."
Comportamientos: Por último, la expresión última de la autoestima se manifiesta en conductas concretas que hace que los hijos tomen decisiones y actúen de una determinada manera ante infinidad de situaciones: con iniciativa, con más o menos seguridad, que aborden nuevos retos o por el contrario, que sean retraídos, inseguros...
Aspectos de la autoestima
Además
de lo anterior, el autoconcepto y autoestima, se refieren a diferentes
aspectos de la propia persona. Por ello se puede hablar de una autoestima física, referida al propio cuerpo e imagen; intelectual, sobre las propias capacidades intelectuales; académica, sobre la vida escolar; social, sobre la relación con las demás personas, etc.
De
esta forma puede haber niños con una imagen física y social positiva,
mientras que su autoconcepto y autoestima académica e intelectual no lo
sea tanto.
Autoestima ajustada
Frente a lo que popularmente se piensa, lo ideal no es tener una alta autoestima, sino más bien que el autoncepto y la autoestima sea más o menos ajustada. Es decir, se correspondan con la realidad personal y sobre todo que haya una aceptación tranquila y satisfactoria de uno mismo.
Tan desajustado y arriesgado en una valoración negativa de uno mismo, como una sobre valoración no realista de la propia imagen y realidad personal.
Si hubiera que explicarlo de una forma muy sintética habría que decir que el autoconcepto y autoestima se van construyendo progresivamente por la imagen que transmiten las personas más cercanas al niño (sus padres principalmente) hasta la construcción más interna y personal.- ¿Cómo se construye en los niños?
La
autoestima se va desarrollando y construyecto por la imagen, la
aceptación y el afecto que transmiten las personas más cercanas y
significativas para el niño o la niña.
Inicialmente son sus padres, pero poco a poco se suman sus profesores y más tarde sus compañeros e iguales. No será hasta más adelante, cuando el chico elabora su propio concepto y autoestima.
En los primeros años
En
los primeros años de la vida del niño, hasta los 3 o 4 años, el
autoconcepto y la autoestima se van conformando por la imagen que de sí
mismo van proyectando las personas más significativas para el niño o la niña: su padre y su madre.
El niño es "lo que sus padres dicen de él",
de ahí la importancia de las "etiquetas" que se empleen con ellos,
tanto positivas como negativas: "un trasto", "inquieto", "tranquilo",
"tímido", "comilón", "mal comedor", "bruto", "bueno", "malo"...
Pero no solo lo que dicen, las muestras de afecto son clave: un niño construirá su autoestima (se querrá a sí mismo) si se siente querido por sus padres.
Durante la escolaridad
Una
vez que inicia su escolaridad, hacia los 3 años la mayoría de los
niños, intervienen otras personas significativas en el desarrollo de su
autoestima: sus profesores.
Ellos
también envían mensajes definitorios: lento, distraído, trabajador,
tranquilo, trabaja muy bien... y muestran en alguna medida aprecio y
preocupación.
Desde los ocho años en adelante y especialmente en la adolescencia, otras personas decisivas entran en juego: los iguales, compañeros y amigos. Ellos también etiquetan, pero sobre todo transmiten afecto, aceptación o rechazo al niño o a la niña.
Por Jesus Jarque García
en Familia y Cole. com