Muchos niños aún necesitan expresar sus temores y preocupaciones producto de alguna situación de violencia social, desastre ecológicodel terremoto y los problemas asociados a su impacto familiar o escolar. También cotidianamente niños y niñas enfrentan dificultades en sus relaciones interpersonales, las cuales necesitan conversar con alguien y recibir ayuda para superarlas. Acá te presentamos una estrategia que puede resultarte útil y muy sencilla de aplicar con tus alumnos.
Las sesiones de “tiempo de círculo” son una estrategia para utilizar en la sala de clases con los estudiantes, que facilita la formación en habilidades emocionales y sociales que además repercuten positivamente sobre el clima de convivencia y el aprendizaje escolar.
El acto mismo de sentarse en círculo enfatiza la unidad y la igualdad, y promueve simbólicamente la noción de iguales responsabilidades para todos. |
Podemos comenzar utilizando esta estrategia para facilitar la descompresión emocional de nuestros estudiantes. Expresarnos, sentirnos escuchados y apoyados, es sin duda, una de las cosas más importantes para reelaborar nuestras experiencias y superar nuestros miedos, angustias y preocupaciones en torno al terremoto. Luego, podemos ir utilizando esta estrategia para tocar otros temas relevantes, por ejemplo, niños que se sientan poco acogidos en el curso, problemas entre compañeros, situaciones de agresión, etc.
En estas sesiones se sienta a todos los participantes en círculo (sillas o cojines), y se intercambian ideas y sentimientos sobre diversos temas que son importantes para ellos, incluyendo asuntos emocionales y de comportamiento. A través de diversas actividades, estas sesiones refuerzan comportamientos positivos y promueven el desarrollo de habilidades emocionales y sociales.
Sentirse parte de una comunidad de cuidado, que acoge y ayuda, sin duda, es un recurso muy valioso para el desarrollo personal y social, y crea además condiciones que favorecen los aprendizajes y logros académicos.
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Las actividades de “tiempo de círculo” funcionan en base a ciertas pautas que hay que explicitar: Los participantes piden turno para hablar y para dar sus ideas o preocupaciones al círculo. Cada cuál ofrece su tiempo tanto para compartir sus preocupaciones personales o problemas, como para dar ánimo o ayuda a otros. Enfrentando asuntos que afectan al curso, los participantes son animados a sentirse como ciudadanos de la sala de clase.
Esta estrategia educativa puede ayudar a los niños y jóvenes a expresar sus problemas y dificultades, y a recibir apoyo concreto de sus compañeros de curso y profesores.
Sentirse parte de una comunidad de cuidado, que acoge y ayuda, sin duda, es un recurso muy valioso para el desarrollo personal y social, y crea además condiciones que favorecen los aprendizajes y logros académicos.
En el documento que se adjunta podrás encontrar orientaciones para aplicar esta estrategia junto a tus estudiantes. Esperamos que sean de gran utilidad para hacer de tu curso un lugar donde todos se sientan parte importante, se sientan a gusto y apoyados en sus dificultades.
Descargar el PDF acá.
Por Claudia Romagnoli E., Psicóloga Educacional UC