La educación emocional ayuda a los pequeños a ser pacientes, participativos, empáticos, aprendiendo a reconocer y regular sus propias emociones.
Doña Alegría, Don Tristón y Don Enfado. |
Generalmente
las Maestras de Infantil, guardamos todo lo que nos puede parecer
interesante, útil para nuestra tarea. Papeles diferentes, retales,
dibujos, y mi lema es ¿porqué tirarlo? puede servir...En fin, el verano
pasado encontré estas esponjas de baño que me parecieron divertidas y
originales. Las compré (muy ecónomicas) y pensé que las utilizaría cómo
títeres para mi Rincón de las Emociones.De esta manera las presenté en
la clase, primero improvisé un diálogo sobre Doña Alegría, Don Tristón y
Don Enfado. En un encuentro casual contaban cómo se sentían y porqué.
También ofrecí la posibilidad a mis niñ@s de que improvisaran ellos los
diálogos. En un primer momento les cuesta, pero si los acostumbramos a
la presencia de los títeres, es un excelente recurso para que aprendan a
expresarse oralmente y para que cuenten cómo se sienten. Es notable la
riqueza de los títeres como recurso didáctico e injustificada la
ausencia del uso de éstos en las aulas.
Si
recordáramos la magia que se produce cuando otras voces llegan a la
clase, seguro que los despertaríamos más a menudo. Cambiamos los títeres
por hacer fichas, fichas y más fichas...Y no les permitimos el placer
de imaginar, de emocionarse,de asumir roles,¡de jugar!
Aprovecho
esta entrada para hacer una mención especial a Luciano Ortega, poeta y
títiretero de alma,que unido a Pelusa Olivares, formaron hace ya 33
años "Los Juglares" . Luciano expresa:
…En eso andamos todavía, tratando de abrir preguntas y valijas, tras
el anhelo de develar ese sencillo y hondo universo del títere. Y desde
ese gesto saber que sólo contamos con el interrogante que renovamos
día a día. Preguntas hechas a una valija trajinada y a trajinar, para
que los títeres vivan y otorguen su respuesta efímera y fantástica…
Aquí en España también hay intersantes propuestas, una de ellas es Marimba marionetas , dejo el enlace e invito a leer y disfrutar de su página.
No
olvidemos que podemos dar voz y movimiento a cualquier elemento,
convirtiéndose en un títere que nos transportara a todos (maest@s y
niñ@s) al mundo maravilloso de la imaginación.
Les comparto una experiencia:
La
otra tarde los rescaté del cajón de mis recursos, y los llevé a mi
grupo. En un primer momento improvisé los diálogos y ¡les encantó!.
Luego, las niñas mayores de clase también hicieron uso de su imaginación
(¡que es mucha!) y dieron vida a nuestros visitantes.
Posteriormente,
y aprovechando la motivación que se había creado en torno a los
títeres, decidimos utilizar los recortes de rostros con diferentes
emociones que habían afanosamente recortado una tarde de miércoles.La
verdad que los más peques de clase, 3 años, me sorprenden, porque están
alcanzando desarrollar su competencia emocional de forma muy óptima.
Cuándo tuvieron duda sobre alguna expresión, porque la elección fue de
ellos ( en ningún momento les elegí qué caras eran para cada lámina),
entre todos decidimos cuál sería la emoción correspondiente. Además
quisiera rescatar la importancia que tiene el trabajo colaborativo y
cooperativo en este tipo de propuestas. Ya que compartieron pegamento,
las imagenes,espacio... y un clima de armonía estuvo flotando durante la
mañana...¡Realmente me apasionan!
Si
rescatamos los fundamentos teóricos que ofrecen el soporte de las actividades de Inteligencia Emocional, la podríamos incluir en el apartado de
Conciencia emocional y reconocimiento de las ajenas; con los siguientes
objetivos y contenidos propuestos:
- Favorecer el desarrollo de la confianza básica como sustento para la formación de la persona.
- Construir una actitud empática como base de la solidaridad.
- Sentir placer con la representación de los títeres.
- Afianzar el desarrollo del lenguaje.
- Desarrollar conceptos matemáticos: la clasificación.
- Vocabulario emocional.
- Identificación de las propias emociones y sentimientos.
- Reconocimiento de sentimientos y emociones de los demás.
Publicado en Por el camino de las emociones