Los juegos audiovisuales componen una categoría especial de juegos infantiles que tienen por objeto incrementar y diversificar las potencialidades creativas de los niños y adultos mediante el uso de tecnologías audiovisuales.
El Reflejo en el Agua
Esta
es una experiencia llevada a cabo por Miguel Montenegro, docente del
área de Aluminé en la provincia de Neuquén, en la Patagonia Argentina.
Específicamente se llevó a cabo este juego en la zona de Ruca Choroy,
en escuelas de la comunidad mapuche de la zona.
El
maestro llevaba a los niños a un taller a realizarse en las afueras de
la escuela, para lo cual colocaba agua en un balde. Los niños
preguntaban para qué era, pero el maestro guardaba cierto misterio al
respecto. Luego de unos minutos de actividad campestre los niños
insistían, por lo cual el maestro les decía que se podían ver cosas en
el agua. Esto incrementaba la intriga y la incredulidad de los niños,
quienes insistían para que el maestro hablase "en serio".
Posteriormente Miguel proponía que todos los niños hicieran con los
pies un círculo de tierra en desnivel y se colocaran en ronda frente a
la superficie, donde se volcaba el agua, convirtiendo rápidamente el
lugar en un espejo de agua. Al formarse el barro con la tierra, el
maestro fue sugiriendo modos de mirar nuevos, compatibles con las
formas que las emulsiones mostraban a los niños.
Este
juego usa la base de la gestalt, conocida desde tiempos inmemoriales
en los que la gente imagina formas de las parciales que pueden ofrecer
por ejemplo las nubes en el cielo. De esta manera se estimula la
creatividad de los niños. Los hallazgos de esta experiencia sugieren
que el lugar adonde se practique tiene incidencia directa en lo que se
refiere a los descubrimientos o imaginaciones de los niños. Por
ejemplo, refiere Miguel Montenegro que los niños mapuches imaginaron
principalmente animales y cuestiones de la naturaleza circundante. Sólo
uno, Reynaldo, vio en las imágenes del agua un helicóptero -con clara
influencia de las tecnologías como la televisión, ya que nunca anduvo
un helicóptero por esa zona de la cordillera de los Andes.
La
experiencia solía terminar con una solución gráfica, es decir, se
hacía a los niños dibujar lo que habían visto, para completar la
modalidad creativa. Se trata de un test proyectivo que puede tener
utilidad también a la hora de diagnosticar alguna dificultad en el
niño, pero esto está sujeto a investigaciones posteriores, que
estaremos llevando a cabo en breve.
Publicado en El juego infantil.com